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Yo de pequeño tuve un pony y también me lo terminé comiendo.
Bueno, no entero, solo una parte. El rabo.
Ese campo donde están todos los hámsters, periquitos y abuelos de la infancia.
Vale, sí, que los animales se comen, pero guisar a tu mascota y ponértela en el plato es de tener muy mala sangre.
"Pequeñas bestias sanguinarias. Nunca te fíes de un pato".
Fuera de broma. Qué pena me ha dado. Yo adoro a mis mascotas. Si me dieran de comer a una cosita a la que he querido tanto, realmente me enfadaría muchísimo con quien me hubiese hecho eso. No solo por matar a mi mascota, sino porque me han hecho asquearme conmigo misma (por eso de haberlo tenido en mi boca, en mi estómago y que haya salido por el conducto de atrás).
Espero que te recompense como mejor pueda, aunque dudo que lo consiga...
¿Cuánto creció para no caber en un patio?
Se que ha sido un error, pero me ha hecho gracia porque deia es un periódico de Bizkaia.
Eras muy inocente y a la vez con una extraña memoria a largo plazo. Qué casualidad que recuerdes lo que comisteis al día siguiente.
#7 #7 anita_85 dijo: ¿Cuánto creció para no caber en un patio?Si en realidad le hicieron un favor al mundo. Imagínate soltar en el campo semejante monstruosidad. ¡Acabaría con la fauna local!
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